En el marco de la Semana de la Evaluación gLOCAL 2021, efectuada del 31 de mayo al 4 de junio, el Diplomado Gobernanza de la Cooperación Internacional y Transfronteriza organizado por el Centro de Gestión y Cooperación Internacional para el Desarrollo (CGCID) en conjunto con El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) efectuaron el día jueves 3 de junio el conversatorio “Los criterios de evaluación de la OCDE, revisitados desde la cooperación para el desarrollo en América Latina y México”, el cual contó con la participación de un moderador y cinco especialistas a fin de reflexionar sobre los desafíos y retos de los criterios de evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), su aplicación y la exploración de nuevos horizontes de acción innovadores, acordes a nuestros contextos para evaluar la Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) desde y para América Latina.

El moderador Sergio Vázquez Meneley inició el conversatorio con una breve introducción, en la que mencionó que el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE inició en octubre de 2017 un proceso global, cuyo propósito se enfocó en revisar los criterios clásicos de evaluación de la CID: pertinencia, eficacia, eficiencia, impacto y sostenibilidad, [1] aunque incorporando nuevos elementos en cada uno de ellos, y agregando el criterio decoherencia para darle mayor precisión a la evaluación de diversas acciones de CID en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Este proceso de revisión involucró las múltiples visiones de actores internacionales, regionales y nacionales a fin de conocer la incidencia e importancia de los criterios de evaluación y su aplicación en la CID.

El conversatorio se desarrolló en cuatro rondas, en el que las y los especialistas dialogaron desde diferentes perspectivas institucionales/organizacionales sobre los criterios de evaluación de la OCDE: 

  • Ernesto Soria (OCDE)
  • Citlali Ayala (Instituto Mora/Red Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, REMECID)
  • Noé González (Secretaría de Relaciones Exteriores, SRE)
  • Fabiola Soto (Agencia Mexicana de Cooperación para el Desarrollo, AMEXCID)
  • Indrani Barrón (OXFAM Quebec)

En la primera ronda, las y los participantes precisaron la manera en cómo se vinculan o se han vinculado con los criterios de evaluación de la OCDE desde sus espacios de trabajo. 

El especialista Ernesto Soria describió su desempeño como líder en el equipo de la OCDE, que se encarga del tema de coherencia de políticas para el desarrollo sostenible, mencionó que se enfoca en apoyar a los gobiernos para la aplicación del principio de coherencia en el marco de la Agenda 2030. Aunado a lo anterior, el ponente hizo mención del fortalecimiento del principio de coherencia gracias a la consulta global para mejorar los criterios de evaluación y rescató la interacción entre los delegados miembros de la OCDE.

En seguida, la ponente Citlali Ayala, indicó que el Instituto Mora ha participado desde la docencia, investigación y consultoría, en evaluaciones de proyectos, programas y procesos de institucionalización de la CID, durante su participación advirtió que los criterios de evaluación de la OCDE se convierten en manuales de procedimiento, que contienen tanto indicadores cualitativos y cuantitativos, que son de utilidad para medir resultados y, que finalmente, se reflejan en diversos informes. También mencionó que el ejercicio de implementación de los criterios de evaluación no es fácil y, finalmente concluyó señalando que existen experiencias de resistencia desde el sur global a los criterios de evaluación.

Por su parte, Noé González desde su experiencia previa como director general de planeación de la AMEXCID, hizo mención a la implementación de los mandatos de la Ley de CID (Insertar vínculo http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LCID_061120.pdf ) vigente desde el 6 de abril de 2011,[2] como la instrumentación de los pilares de la CID, el establecimiento de estrategias de evaluación, así mismo, destacó la creación de políticas públicas bien construidas, con indicadores de desempeño e impacto, para poder tener un seguimiento a los proyectos de CID. Finalmente, el panelista hizo mención del trabajo que realiza la AMEXCID altraducir los criterios de evaluación a la realidad nacional, enfocándose en adaptarlos y construir herramientas útiles desde México.

A continuación, Fabiola Soto señaló que desde la AMEXCID se ha construido una metodología de evaluación, a través de formatos y la formulación de una caja de herramientas innovadoras (insertar vínculo https://alianzaamexcidgiz.mx/wp-content/themes/amexcid/productos/16_Caja%20de%20Herramientas.pdf ). Los cuales indican si los proyectos o programas están bien diseñados, así mismo, se encargan de visualizar la gestión y evaluación de los resultados para obtener productos confiables, que posteriormente se convierten en marcos de referencia para la CID.

Por último, Indrani Barión representante de OXFAM Quebec, inició su participación aclarando que desde la sociedad civil internacional es necesario tener una visión transversal de la aplicación de los criterios de evaluación de la OCDE, también señaló la importancia que tiene la apropiación de dichos criterios a los contextos nacionales, y por último, destacó que OXFAM Quebec cuenta con una cultura de evaluación bien establecida,(insertar vínculo https://www-cdn.oxfam.org/s3fs-public/oxfam_ic_final_report-es.pdf ) la cual tiene lineamientos de financiación y gestión de proyectos enfocados hacia resultados concretos.

La segunda ronda giró en torno a la reflexión sobre las resistencias, limitaciones, obstáculos y debilidades que presentan los criterios de evaluación; así como los desafíos de su aplicación en las acciones de CID; y su adecuación a América Latina y México.

El especialista Ernesto Soria, resaltó dos puntos clave durante su participación, en primer lugar, los criterios de evaluación de la OCDE no pueden aplicarse como una lista de verificación (checklist), y en segundo lugar, los criterios de evaluación necesitan ser flexibles y adaptables para su aplicación. En virtud de ello, el reto que destacó el panelista se relaciona con la forma de interpretación y aplicación de los criterios de evaluación en los contextos latinoamericanos.

Por su parte, Citlali Ayala, retomó el comentario de Indrani Barrón acerca de la cultura de evaluación y señaló que, ha tardado en construirse en América Latina. Así mismo, hizo mención de la diversidad de actores, métodos de trabajo y las formas de evaluación, en este sentido, explicó que el método de trabajo transfronterizo tiene sus propias formas de evaluar y, que al mismo tiempo, toma prestado lo que es útil de los criterios de evaluación de la OCDE. Finalmente, habló sobre las debilidades que identificó la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) respecto a la evaluación de la cooperación sur-sur: (insertar vínculo https://www.segib.org/iberoamerica-intercambia-buenas-practicas-de-cooperacion-en-la-gestion-del-covid-19/ )

  1. La tendencia a competir por el protagonismo de países de la región para liderar un proceso de monitoreo y evaluación.
  2. Aprensión hacia los parámetros de evaluación de la cooperación tradicional
  3. La fragilidad institucional técnica en la generación de información y datos.

De acuerdo con Noé González la evaluación de la política de la CID en México ha cambiado, indicó que los criterios de evaluación han estado presentes a lo largo de su evolución, desde su perspectiva, señala que los criterios de evaluación se aplican a todos los países, pero tienden a adaptarse a los distintos contextos. Su participación concluyó retomando la necesidad de adaptar y no bajar la calidad de los criterios de evaluación de la OCDE.

Posteriormente, Fabiola Soto comentó que en los países del sur global aún carecen de una cultura de evaluación; al mismo tiempo, argumentó que la evaluación no es sinónimo de calificación, puesto que significa recoger resultados que permitan aprender y enfocar o redirigir estrategias o políticas. Y por último, relató la necesidad de vinculación más precisa sobre la rendición de cuentas con los financiadores de la cooperación sur-sur. (insertar vínculo: https://www.ucm.es/data/cont/docs/430-2016-10-25-medidas%20alternativas%20de%20la%20cooperaci%C3%B3n%20internacional.pdf )

Finalmente, desde su experiencia Indrani Barrón, destacó el reto existente cuando los donantes y actores cooperantes tienen un alto grado de institucionalización de los criterios de evaluación, que no necesariamente pueden ser útiles. Por otro lado, la ponente mencionó el hecho de que existen cosas que no se están midiendo, o se miden muy poco, por ejemplo, en materia de género. 

La tercera ronda se basó en el diálogo sobre los innovadores cursos de acción que son factibles de adoptar, para evaluar las acciones de CID, con base en nuevos criterios. Enriqueciendo el espacio para reflexionar sobre la pertinencia de integrar otros criterios o elementos; cómo y de qué forma, en que espacios/estrategias y qué herramientas podrían concretarse.

Ernesto Soria lanzó en su participación la siguiente pregunta para comenzar el diálogo, ¿Cómo los contextos y la riqueza de las experiencias del sur global pueden enriquecer los criterios de evaluación de la OCDE?, él señaló que desde la dimensión de la coherencia, se debe poner atención en la toma de decisiones en las políticas que atienden retos de corto plazo con aquellos impactos que pueden tener efectos a largo plazo, así mismo, destacó el costo que tiene la toma de decisiones de ahora para las futuras generaciones, haciendo mención al término de justicia generacional.

En seguida, la especialista Citlali Ayala, aclaró que existen diversos trabajos en áreas como la seguridad alimentaria, los cuales se han enriquecido a partir de las experiencias de evaluación, asimismo, indicó que se necesita gestionar el conocimiento local y comunitario para obtener mejores resultados. Por otro lado, argumentó que es necesario fortalecer la creación de una métrica común en la medición de la cooperación sur-sur, desde su perspectiva, es necesario desarrollar y profundizar en indicadores cuantitativos y cualitativos siempre teniendo en cuenta la flexibilidad como punto clave.

Aunado a lo anterior, comentó que se deben afinar los procesos de planificación, evaluación y monitoreo de los proyectos de CID, con una visión multidimensional de desarrollo y puntualizó en la visión sistémica del mapa de actores y herramientas para la CID. Finalmente resaltó que en los países latinoamericanos es necesario un cuerpo fuerte de evaluadores de la CID que conozca las diferentes visiones de los socios cooperantes.

A continuación, Noe González, abordó el trabajo que ha hecho la AMEXCID para que los criterios de evaluación de la OCDE y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se adaptaran a la realidad de México en el tema de CID. El trabajo se basó en una serie de consultas con los socios cooperantes para definir un camino incluyente y participativo para definir cómo realizar la evaluación.

Por su parte, Fabiola Soto, hizo mención de la existencia de buenas prácticas en la región, a partir de una metodología transversal única, posteriormente, en su participación planteó la necesidad de un repositorio más visible de información sobre las evaluaciones de la cooperación sur-sur. También comentó que México ha adoptado el criterio de participación, entendido como el grado de involucramiento y concertación de las partes, la forma en la que los socios se involucran en los proyectos y la complementariedad. La especialista concluyó señalando que en América Latina aún no existe una oficina consolidada de evaluación.

La última en tomar la palabra fue Indrani Barrón, quien manifestó como punto clave, el saber desde un inicio cómo se medirá el avance de los reclutados, para identificar en qué momento, ajustar los indicadores para tener un mayor impacto y, por consiguiente, complementar los criterios en función de los intereses de los socios cooperantes, resaltando una vez más, la adaptación y la flexibilidad para el seguimiento de la evaluación.

En la ronda de cierre, el moderador Sergio Vázquez retomó una pregunta que hizo la audiencia hacia el conversatorio, ¿Cómo continuar trabajando estos criterios de evaluación de la OCDE, como continuar explorando más sobre ellos y, como apropiarnos de los viejos o nuevos criterios de evaluación? Asimismo, cada especialista aportó sus ideas finales y conclusiones.

El especialista Ernesto Soria, destacó que los criterios de evaluación deben ser adaptados teniendo en cuenta las diferentes realidades y el contexto de la intervención que se trate, por ejemplo, la política pública. Al mismo tiempo, señaló que los criterios de evaluación surgieron para la CID, pero en la realidad contemporánea pueden ser utilizados para evaluar otras formas de intervención como la cooperación sur-sur o triangular.

En virtud de ello, es necesario entender el rol de los criterios de evaluación, señaló que forman parte de normas, principios y estándares de evaluación que son comunes a muchos contextos y que tienen como propósito crear unlenguaje común que permita aprender de las experiencias, así como, la rendición de cuentas para mejorar las políticas.

Posteriormente, Citlali Ayala argumentó que el sur global es diverso y a su vez asimétrico en sus avances de institucionalización de la CID, asimétrico en la construcción de un andamiaje normativo y asimétrico en la cultura de evaluación. Finalmente, desde su perspectiva, mencionó que la cooperación sur-sur y en especial la triangular tienen un alto potencial para hacer converger los principios de las cooperación sur-sur con los criterios de evaluación de la OCDE.

El especialista Noe González, comentó que, a través de la evolución de la CID de México en 10 años, identifica el compromiso creciente de la AMEXCID con los temas de evaluación, Por otra parte, destacó que los criterios de evaluación plantearse desde su utilidad, para que tengan impacto y puedan ser apropiados a las diversas realidades de América Latina y México.

A continuación, Fabiola Soto desde su posición en la AMEXCID expresó la necesidad de seguir difundiendo los beneficios de la evaluación para hacer más fuerte la cultura de la evaluación en México, por ejemplo, documentar buenas experiencias, tener en cuenta las lecciones aprendidas, identificar los retos de la CID, con el fin de lograr una cooperación más efectiva.

Por último, Indrani Barrón indicó que es importante reconocer que los criterios de evaluación proporcionan una base, que acerca, la evaluación y los resultados a muchas personas de toda la cadena de elaboración de un proyecto o política. Y finalmente argumentó que, como evaluadores, es necesario deconstruir y entender los límites de los criterios de evaluación, es decir, hasta donde se puede llegar y profundizar, para apropiarse de estas útiles herramientas de evaluación.

Al final del conversatorio se logró el objetivo de generar un diálogo constructivo para discutir sobre los desafíos y retos de los criterios de evaluación de la OCDE, la mejor forma de aplicar estos criterios en las diferentes modalidades de la CID en los países latinoamericanos y, la exploración de nuevos horizontes de acción innovadores en la CID.

 Referencias:

[1] Estos criterios de evaluación proporcionan un marco normativo que se utiliza para determinar el mérito o el valor de una política pública, estrategia, programa, proyecto o actividad. OCDE, Mejores criterios para una mejor evaluación Definiciones revisadas de los criterios de evaluación y principios para su utilización, 2019, https://www.oecd.org/dac/evaluation/revised-evaluation-criteria-dec-2019.pdf

[2] Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión, Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, 2011, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LCID_061120.pdf

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Imagen para el BLOG:

Vínculo del documento https://www.oecd.org/development/evaluation/Criterios-evaluacion-ES.pdf